Los códigos de barras y las etiquetas RFID se pueden utilizar para una amplia gama de aplicaciones, como la gestión de inventario y la auditoría, pero ¿por qué debería cambiar de un código de barras a una etiqueta RFID y qué hace que RFID sea una mejor opción?
Además de poder monitorear y proteger sus procesos de producción, algo que se está volviendo cada vez más esencial para las empresas, RFID puede brindarles una larga lista de ventajas que impulsan el cambio del código de barras.
Velocidad
Se pueden leer varias etiquetas RFID al mismo tiempo en Un área determinada puede resultar en una auditoría más rápida. En cambio, los códigos de barras solo se pueden leer de uno en uno. Por ejemplo, si hubiera 40 artículos en un carrito, este tendría que estar detenido durante la lectura y cada artículo tendría que escanearse individualmente, lo cual consume mucho tiempo y, por lo tanto, es costoso. En cambio, cientos de etiquetas RFID se pueden leer en segundos, lo que significa que se puede reducir el número de empleados que cuentan los artículos del inventario, ya que no solo los lectores fijos pueden recoger las etiquetas, sino que, si un empleado escaneara los artículos, podría escanear cajas enteras en segundos.
Legibilidad
Las etiquetas RFID se pueden leer a mayor distancia que los códigos de barras, entre 0 y 30 metros. No se requiere línea de visión para leer la etiqueta, mientras que los códigos de barras deben estar en la línea de visión y a pocos centímetros del lector, sin interferencias. La orientación de la etiqueta RFID también es irrelevante, ya que el lector podría detectar la antena incluso si la etiqueta estuviera invertida o orientada en la dirección incorrecta.
Seguro
Mientras que los códigos de barras son fácilmente replicables porque sus imágenes se pueden copiar, las etiquetas RFID son más difíciles de falsificar. Los datos que contienen están encriptados, lo que las hace más seguras. Esto significa que pueden usarse para proteger marcas y verificar la autenticidad de un artículo.
Durabilidad
Las etiquetas RFID son mucho más duraderas que los códigos de barras. Si se manipula la imagen de un código de barras, el lector no lo detectará, mientras que, al estar la etiqueta RFID integrada en el artículo, la antena permanece intacta y, por lo tanto, dura mucho más.
Automatización
El uso de etiquetas RFID permite automatizar fácilmente procesos como el registro de movimientos de activos o la monitorización de los niveles de existencias mediante lectores fijos, que detectan la presencia o el movimiento de artículos en tiempo real. Esto ahorra valiosos recursos y mejora significativamente la precisión de los datos al eliminar los procesos de escaneo manual, a menudo propensos a errores. El acceso a datos en tiempo real permite a las organizaciones reaccionar rápidamente ante la escasez de existencias o activos.
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