La pulsera RFID cuenta con una característica inesperada, además de la tarjeta RFID, y también incorpora sensores integrados e infrarrojos. Puede detectar señales fisiológicas como el ritmo cardíaco y el nivel de oxígeno en sangre, además de detectar los movimientos del usuario. La pulsera cuenta con su propia función de detección para medir la temperatura corporal del usuario.